jueves, 14 de julio de 2011

Sweet Dream

3: 48 am... un golpe de llanto -otra vez- y escribí esto de la nada... 

Es de Hetalia, si alguien gusta de Agatha Christie notara el parecido del final con una historia de ella... fue mero chispazo, lo juro.

Me da pereza subirlo a FF.net, así que esto queda aquí y punto. No tiene continuación ni nada.

El pequeño Antonio se revolvió con fuera en su pequeña cama. -Hasta al dormir es my apasionado- piensa Isabel, acomodándole las cobijas que resbalan traicioneras del cuerpo del hispano. El pequeño seño del niño se frunce de forma casi dolorosa, muerde como puede los pequeños labios mientras se aferra a sí mismo en un apretado abrazo. 

Un grito, un grito desgarrador de dolor es suficiente para poner a Isabel alerta de un momento a otro. 

Se levanta de su cama y lo ve. Ahí está el pequeño Antonio llorando desconsolado, pero ausente. Ella se acerca y lo rodea en tierno abrazo protector. - ¿Tuviste una pesadilla, Toñito?- su voz dulce intenta darle consuelo, sus manos le imitan dándole mimos en el cabello. Antonio, al borde de la histeria, solamente se limita a sentir y continuar llorando. Los minutos pasan e Isabel comienza a desesperarse.

Por fin el logra verla. - Mami Isabel -comienza la vocecilla. -El estuvo llorando otra vez -hipa un poco y sus brillantes ojos verdes, iguales a los de ella, reflejan el dolor de una vida experimentada... una que Antonio no ha tenido. -Su Papi lo ha golpeado y su Hermanito otra vez fue llevado por su Mami... los vi, quise ayudarlo pero no he podido- otro hipido. La mujer, quien no llegaba a las dos décadas de vida, suspiro un poco sin separar al niño de sí. -Toñito, te he dicho que eso no es real, por favor vuelve a dormir se te está subiendo la fiebre- le ordena acomodándolo con cuidado. -El no se levanto esta vez, Mami Isabel- ella se dirigió a su propia cama y desde ahí le sonrió al pequeño Antonio. -Fue solo un sueño, intenta volver a dormir- se acomodo dándole la espalda y Antonio intento hacer lo mismo...

Isabel no tenía la fuerza de ver los ojos de su Hermano menor cada vez que le decía "Mami Isabel" ni soportaba escuchar como el pequeño tosía con dolor por la noche, incapaz de soportar la más pequeña enfermedad... nada que opinar sobre esos episodios de pesadillas que ocurrían cada tanto... pero estaban solos y no podía dejar eso a otra persona mas-No quiero que sufra- sollozo ella... y Antonio la escucho.

Cerró sus ojitos verdes y se dejo llevar por la oscuridad.

Por la noche llego a una casa donde una familia se reunía. -Vee y mamma me llevo por un helado por eso- canturreo un niño de cabellos castaños, piel semi tostada y ojos cerrados. Otro niño, igual que él, lloraba en el silencio de una habitación el solo... Antonio no entendía como podía verlos a los dos al mismo tiempo, tampoco le importaba entenderlo. Cuando el niño de aura feliz se retiro a dormir los adultos lo acompañaron y arroparon con cariño, el mismo que tenía Isabel para con él. Siguió a los adultos sin ser visto, nunca lo veían, escuchando su conversación- eh tenido que golpearlo otra vez- comento el hombre -se lo merece, ojalá fuera mas como Feli- gruño la mujer -es un demonio -concordó el... el llanto de Lovino fue más fuerte que antes.

Gota a gota Lovino lloraba partes de su alma con gran pesar... no lo soportaba y Antonio por primera vez le habló. - ¿Te duele mucho? -pregunto, avanzando hacía el niño italiano quien se sobresalto, tenia aun bastante frescas las mallugaduras... seguramente al día siguiente estaría cubierto de moretones. Asintió cohibido, ya no le asustaba la presencia de Antonio pero eso no le quitaba lo tímido. -Si vienes conmigo... no dolerá más- le tendió la mano en un gesto dulce y solemne. Le sonreía con inocencia y cariño... 

Lovino, dudoso, tomo aquella mano sintiendo por primera vez en su vida calor humano... amor.

Y de un tirón el cuerpo del joven italiano cayo hacía atrás... los padres del menor, perturbados, acudieron ante la extraña sensación. El hombre abría la puerta con un sonó estruendo... una ráfaga de aire frío paso entre ambos. Risas infantiles resonaban. ¿Sería ese su hijo? nunca lo habían escuchado reír así que no estaban seguros, el otro niño también tenía una vocecilla desconocida. -Son unos niños -dijo una tercera voz- van descalzos y se han ido... ve- no debían ser genios para saber que era Feliciano a quien miraron con algo de temor luego de caer en cuenta que el cuerpo de Lovino estaba inerte... como una muñeca rota y tirada por ahí...

¿Acaso ahora él...?

Isabel soltó a llorar... el Pequeño Antonio no había despertado aquella mañana... había muerto en medio de la noche... -Es mejor a que siguiera sufriendo... Toñito, estés donde estés... espero que seas muy feliz- hablo dejando un clavel sobre la tumba de su hermano que, por falta de presupuesto, había terminado junto a la de un tal "Lovino Vargas" pero...

¿Quién os ha dicho que la muerte es el final...?

Aquí termina mi desliz de esta madrugada -dos en una, he roto una marca personal-

Au Revoir, mon amis~

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